¿Por qué todas las lesbianas están buenas? No tengo el ánimo de generalizar, siempre existen excepciones a la regla general, y las excepciones y desigualdades hacen que el mundo sea más interesante, más hermoso y más jodidamente explorable. Sin embargo, encuentro a la mayoría de lesbianas como mujeres muy atractivas, unas muy bellas, muy deseables. Por ello urge la necesidad de discriminar entre el gran grupo de lesbianas. Existen dos tipos o grupos de lesbianas: 1) El primer grupo está conformado por aquellas que son inteligentes y agradecidas con lo que tienen y no flaquean en ningún momento de dejar de ser (en esencia), mujeres y, se visten, se arreglan, actúan y lucen como simples mujeres, como si fueran straight. 2) Por otro lado existe el otro tipo de lesbianas que son, más bien, el grupo al que menos aprecio o interés le tengo ya que lo conforman mujeres que son consientes que la naturaleza o Dios (si existe), no han sido generosos ni benevolentes con ellas, saben que son, en realidad, mujeres feas, gordas, enanas o demasiado altas, que muy femeninas no son, que resultarían mucho mejor desempeñando un papel masculino y es por ello que se han resignado cruelmente a su fealdad, a su mala fortuna o a su desdicha, y debido a ello es que visten así, con pantalones anchos, el cabello muy corto (el típico corte escolar), camisetas largas, ensanchan la voz, practican un vocabulario soez, juegan futbol, son personas avinagradas, siempre están a la defensiva y actúan como auténticos charros mexicanos deseando todas las noches que el “Hada de los Mostachos” las visite algún día.
Haciendo unos cálculos muy sencillos de las ventajas y desventajas, de los pros y contras de estos dos grupos de lesbianas, es obvio que el primer grupo es el que más interés me procura. Y es que estas mujeres son realmente bellas y ellas lo saben, y es por ello que tienen el poder de encantar a hombres, mujeres, aliens, criaturas de todo tipo, y a aquellas que son parte del segundo grupo (el grupo de las llamadas ‘Machonas’).
Las lesbianas del primer grupo son mujeres que visten bien, que lucen atractivas, que no dejan de maquillarse y comportarse en lo posible como mujeres. Son personas un poco más delicadas que las ‘machonas’. No son rudas al hablar, saben moverse bien, saben bailar sensualmente, les gusta ser admiradas, les gusta resaltar sus lustres ante el resto, les gusta captar las miradas de todos en la pista de baile. Siempre huelen bien, no se descuidan de su cabello, saben cómo entablar una conversación, saben ser divertidas. Este tipo de lesbianas no descarta la posibilidad de ser bisexuales, o ser tránsfugas temporalmente y hurgar entre los terrenos de la heterosexualidad.
Las lesbianas del segundo grupo son más bien, mujeres amargadas, que siempre están a la defensiva. No les gusta que alguien más mire a sus parejas, ni siquiera de soslayo. Visten como hombres, con ropas anchas. Les gusta usar gorras, no son (en su mayoría) amantes del baño. No siempre huelen bien. Les gusta caminar y hablar rudamente. Son fuertes. Les gusta hacerse respetar. No les gusta o no les provoca arreglarse mucho, evitan o suprimen todo factor femenino que les pueda quedar. No les interesa ser femeninas, para eso y por ello mismo, buscan a aquellas lesbianas que sí les interese mantener ciertos rasgos femeninos. Se podría decir que este tipo de lesbianas son de cierto modo, straights por naturaleza, ya que su naturaleza es ser lesbianas, así han nacido y así quieren y deben ser, así se comportan como lesbianas rudas y fuertes. Por nada aceptan que se filtre entre su personalidad cualquier rasgo, huella o vestigio que las identifique con el feminismo de sus parejas. Estas mujeres son tan crudas y fieles a su esencia que por nada del mundo permitirían la posibilidad de ser heterosexuales o bisexuales siquiera, ya que se saben feas, se saben gordas y desgracias. Saben que así han nacido y se quieren, se aceptan o se resignan a ello. Estas mujeres no podrían estar con hombres, porque en primer lugar no les provoca, no les atrae y, porque principalmente, ellas desean ser hombres. No tienen la intención de operarse (en algunos casos), pero desean sí ser más parecidas a los hombres. Las machonas les guardan cólera, odio, recelo y asco a los hombres por el simple hecho de ser hombres, por ser machos y ellas no. Estas lesbianas están prohibidas, por su propia naturaleza, de besar o pasar la noche con un hombre. Estas lesbianas solo están en busca de las lesbianas del primer grupo.
Resulta evidente que, cuando me pregunto por qué todas las lesbianas están buenas, me estoy refiriendo a la mayoría de lesbianas que conforma el primer grupo. Como ya he dicho, las lesbianas del primer grupo no se esfuerzan por demostrarle al mundo que son lesbianas, es más, resulta muy difícil identificarlas si es que se saben sensuales, libertinas y se comportan como mujeres. Distinto ocurre con el segundo grupo, ellas sí son muy fáciles de identificar, con solo verlas u oírlas. Las lesbianas del primer grupo, puede que estén confundías o puede que sean muy aventureras y les guste probar de todo. Estas lesbianas pueden darse un paseíto raudo por la bisexualidad o por la eventual y fugaz heterosexualidad, y por ello me gusta mucho o me atrae mucho su forma de ser.
Personalmente no me importaría mantener una relación eventual (solo eventual) con una lesbiana (siempre y cuando se trate de una lesbiana del primer grupo, claro está). No me molestaría, es más, me encantaría pasar una noche con una lesbiana, hacerlo con una lesbiana. Sería una experiencia totalmente nueva para mí y creo yo, muy difícil de olvidar, casi memorable. Por lo que he escuchado, las lesbianas tienen una cierta fama en los artes amatorios o destrezas para las disciplinas de la pasión y el amor. Me resultaría muy atractivo y provocativo, besar a una lesbiana y si se da el caso hacerlo no con una, si es posible con más de una. Creo que se trata realmente de una de mis fantasías, y no es por un simple morbo, todo es en relación a un carácter investigador, científico, explorador y aventurero. Para saber qué se siente, de qué se trata, cómo sería hacerlo con una mujer que en estricto no quiere ser mujer y que más bien ama o le provoca las mujeres. Seríamos dos personas, a las que nos gustan las mujeres pero que, una es heterosexual y la otra homosexual.
No sé, quizá hacerlo con una lesbiana resultaría siendo algo común, un simple revolcón que no escape de lo ordinario, ya que en estricto estaría haciéndolo con una mujer a fin de cuentas. Pero la mentalidad de una lesbiana es otra, y las destrezas y conocimientos de una lesbiana son otros, ajenos a los míos, y quizá yo no la llegue a atraer del todo, pero resultaría cojonudo hacer el amor, en casa de mi padre, con dos bellas mujeres que se sepan lesbianas y que sean solidarias con alguien (como yo) que no es parte de su grupo, alguien que no debería entrometerse en sus pasiones de alcoba, pero que, desea (como ellas) dejarse llevar por los caminos de la pasión y la aventura despreocupada.
Este lugar está destinado a la indecorosa e impresentable industria (para nada trabajosa) de hacer públicos todos mis errores, mis constantes fracasos, mis sueños (que no son pocos), mis desilusiones (amorosas), mis males, mis penas, mis fantasías, mis risas, mis crueles verdades y mis mal elaboradas ficciones. En fin, es una forma de desnudarme mediática (o cobardemente) ya que no tengo el valor para hacerlo de otra forma más directa o personal, sin temerle a las consecuencias inmediatas.

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